Sinceramente, al ver este k-drama no le presté atención a elementos como la dirección de fotografía, música, sonido, dirección de cámara o cualquier elemento que no provenga de la narrativa escrita, pues esta fue tan buena que me terminó cautivando totalmente. La historia que se cuenta es atrevida, ya que hace alegaciones a lo político y a la terrible diferencia entre ambas Coreas. Se presenta una historia poco convencial donde se demuestra que el amor es la fuerza más poderosa, aunque llegue a ser un poco cliché. Mientras consumía este audiovisual no podía parar de emocionarme, disfrutar y sacar una que otra lágrima. El desarrollo de los personajes es perfecto, por lo que para la audiencia es posible conectarse de manera inmediata con cada uno. A pesar de que los episodios fueran extremadamente largos siempre se mantuvo la curiosidad por lo que sucedería acontinuación, por lo que su longitud casi no se hacía notar.

La serie además fue increíblemente graciosa e interesante, teniendo solamente tres errores. El primero es que todos los eventos (menos los ocurridos en el final) transcurren en alrededor de dos meses, por lo que esto hizo que la historia no me produjera tanta empatía como me hubiera gustado. El segundo error fue el hecho de que el final es abierto. Me quedaron muchas preguntas respecto al método que los protagonistas utilizarán para continuar con sus vidas y poder verse, además de saber qué sucedió con Seo Dan después de la muerte de Seung-joon. Por último, está el hecho de que mataran a Seung-joon. En realidad no es un error dentro de la trama, pero es un error porque yo amaba a este personaje y no se merecía un final tan triste.