Un hombre se vuelve víctima de una red de tráfico de órganos al citarse en un hotel con una estudiante, pero eso es lo menos importante cuando el edificio se derrumba e inicia la lucha para sobrevivir.

La trama no es lo único peculiar de «Bargain», los planos secuencia y la elaborada escenografía lo hacen sentir más como una película dividida en episodios. Por tal motivo, es mejor experiencia ver uno tras otro, lo cual no es difícil porque son cortos y cargados de incertidumbre.

No hay personaje que sea buena persona o inocente, sin embargo, eso no evita sentir cierto apego a los principales y mucho menos querer ver más de ellos después de la escena final.

Con escenas de acción constantes, pequeños tintes de comedia y giros que no dejan de mover el rumbo de la historia, a este drama no le falta entretenimiento.

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«Una dosis diaria de sol» hace una labor estupenda ilustrando los padecimientos mentales para generar empatía y comprensión hacia las personas que lidian con ellos día a día. Puede ser doloroso y frustrante, pero a veces eso es lo que se necesita si quieres generar un cambio.

Te recuerda que los problemas de salud mental no conocen de edad, género o posición social, y que los prejuicios sobre ellos no hacen más que dificultar la vida de quienes los padecen.

Sin lugar a duda, un drama con mensajes poderosos que quedan resonando en ti. Aparte de tener personajes bellos que aprenden a priorizar su bienestar y/o ser parte de la red de apoyo de personas que aman y los necesitan.

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«Los sueños que persiguieron, y ustedes mismos, brillaron tan intensamente que me hicieron pensar que tal vez está bien volver a soñar».

Un drama ligero sobre una ex profesora con un trauma que se convierte en la casera de un grupo de idols en decadencia. Muestra que está bien caer y seguir intentando, así como también lo está que los sueños evolucionen o cambien en diferentes etapas de la vida. Lo que no se debe hacer es dejarse derribar por un tropiezo.

Puede que no se haya convertido en uno de mis favoritos, pero se ve muy rápido, tiene el propósito de ser alentador, incluye varios personajes LGBT+ y las canciones del 8loom son pegadizas. Habría adorado que todos los chicos del grupo fueran personajes principales, en lugar de secundarios, y unos episodios finales más potentes.

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Las paredes de este bar son espectadoras de corazones malheridos, romances que florecen y momentos decisivos para la vida de un grupo de mujeres.

Es un drama que logra algo interesante y ameno en poco tiempo. Tiene la misma energía de She Makes My Heart Flutter, pero con su propia autenticidad. Va presentando por separado personajes que resultan estar relacionados entre sí. Los epílogos con entrevistas ficticias le agregan un toque divertido.

Su mal es el de todos los kdramas GL: deja con ganas de más. Quisiera conocer mejor a todas las chicas y ver cómo continúan desarrollándose las amistades y relaciones románticas.

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Una historia tranquila sobre dos jóvenes amigas que buscan encontrar su lugar en el mundo como ‘maikos’, aprendices de artistas tradicionales japonesas.

Perfecta para abrir el apetito gracias a la dedicación de una de las protagonistas por la cocina. Imposible no quedarte con ganas de probar los platillos que prepara con tanto cariño.

Además de la comida, exalta la profesión de las geishas, incluidos los sacrificios que deben hacerse por el amor a su arte.

Es un drama relajante, sencillo y sin grandes conflictos; cuenta con amistades femeninas cálidas e inocentes.

Siento que me faltó sensibilidad artística y conocimiento sobre la cultura japonesa para poder valorarla bien.

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La magia de encontrar a la persona indicada para compartir tus pasatiempos, sentirte cómoda y deleitarte con las pequeñas cosas de la vida.

Este cálido drama desarrolla la relación de dos mujeres que conectan a través de la comida y se complementan a la perfección.

Las historias que enaltecen la cocina tienen un encanto especial (sólo hay que evitar verlas con hambre) y esta, además de ello, transmite un confort doméstico muy agradable.

Yuki y Kasuga crean un vínculo precioso, te hacen sentir felicidad y añorar algo como lo que tienen. Es una relación que cocinan a fuego lento, sazonada con suavidad. Poco a poco, existe más familiaridad y cariño entre ellas.

En medio de comidas compartidas, conversaciones casuales y la creciente cercanía de las protagonistas, el drama también hace un comentario respecto al machismo, el trato diferencial y las expectativas que se ponen sobre las mujeres.

Para la tranquilidad que te genera, no es justo lo poco que dura cada episodio. Sería ideal tener una segunda temporada para seguir contemplando el día a día de Yuki y Kasuga, mientras siguen descubriéndose mutuamente y a sí mismas.

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Un drama cortito para recargar tu batería romántica en menos de media hora.

Por las noches, una universitaria le “presta” su hombro a un compañero para que pueda dormir tranquilamente. Aunque desea evitarlo por miedo a salir herida, se enamora de él.

Recomendado para amantes de la convivencia doméstica, parejas adorables, y protagonistas masculinos peculiares que no son muy buenos relacionándose con otras personas.

«Cuando tratas de protegerte a ti misma, es fácil desconfiar de otros, y confiar en la gente puede ser difícil. Pero, ¿qué ganas así, tratando de no salir herida?»

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«No siempre tengo un sueño. A veces tengo un sueño, pero luego cambia y encuentro otro por casualidad. Así son los sueños».

El mayor atractivo del drama es la amistad del cuarteto. No sólo se divierten juntos, se consuelan y ayudan cuando es necesario.

El argumento de la historia no tiene gran profundidad. En cada episodio se resuelve un conflicto que surge del trabajo en la industria de la moda. A mi parecer, tiene un inicio agradable, pero va decayendo. Perdí gran parte de interés por el episodio cinco.

Algunos personajes tienen más capas que otros (y hay unos que sólo son relleno), aunque ninguno se desenvuelve más allá de la superficie. Dramas más cortos consiguen mayor impacto emocional, así que no podemos culpar a la duración de esto.

Claro que no todo es negativo. Como mencioné, la dinámica grupal es lo más destacable de todo. Muestran lo bonito de tener un grupo de personas que está para darte una mano cuando estás por caer o echarte porras para cumplir tus sueños.

Recomendado sólo si quieres algo corto, simple y colorido, con un elenco hermoso.

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«Puede ser un paso pequeño. Pero estamos avanzando uno al lado del otro.»

La vida hogareña que comparten Hira y Kiyoi se ve amenazada por problemas de comunicación, inseguridades y otras luchas internas que todavía no consiguen ganar.

Generar un cambio en nuestra cosmovisión no es fácil y rápido, eso lo dejan claro en esta segunda temporada. Sin embargo, Kiyoi muestra una evolución impresionante en comparación a su fría e indiferente versión adolescente.

Durante cuatro episodios podemos disfrutar de un Kiyoi más amable y dulce. Es capaz de forjar relaciones simétricas con los demás, sin mirar sobre el hombro o ser deshonesto sobre sí mismo. Por supuesto, aún hay momentos en los que le da miedo su vulnerabilidad y reacciona a la defensiva, pero su crecimiento en innegable.

Respecto a Hira, puede provocar dolor de cabeza, aunque no sin fundamento. Desde que lo conocemos, sabemos sobre su falta de estima propia. En esta temporada mostraron constantemente cómo todos reconocen su talento, potencial y atractivo, excepto por la persona más importante: él mismo.

No dudo que este sea un tema presente también en la película, porque ser capaz de mirarte bajo un buen lente, como otros lo hacen, es muy complicado. Especialmente si no puedes reconocer cuál es el problema y eso sucede con Hira.

Mi cariño por la historia y los personajes terminó de afianzarse con esta temporada. Hay belleza en la complicada relación de Hira y Kiyoi, creada gracias a la buena dirección y actuaciones que tiene.

Otro detalle destacable: “Follow” y “Bitter”, las canciones de Roce para el soundtrack, que reflejan a la perfección las perspectivas de los protagonistas.

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Un amor que supera inseguridades y prejuicios familiares

«Solía gustarme el color gris. Nunca me gustó el rosa. Pero tú has cambiado mi mundo. Ahora sé que el rosa no es malo después de todo».

Los puntos notables: la pareja principal y su grupo de amigas.

Sam y Mon eran quienes me animaban a ver cada episodio. Amaba ver sus acercamientos. La torpeza inicial de Sam al intentar pasar tiempo con la chica que le gustaba sin ser capaz de comunicar sus sentimientos y la tierna admiración y el respeto de Mon hacia ella.

Las actrices tienen muy buena química. Es tan creíble desde la vacilación cuando empiezan a conocerse hasta que la complicidad durante la intimidad. Tengo seguro que veré todos los GL que protagonicen en el futuro.

El grupo de amigas era genial. No me gustaba el apodo que le asignaron a Sam, pero de verdad se preocupaban por la felicidad de las chicas. ¡Y hacían reír! Me hubiera gustado que tuvieran mucho más tiempo en pantalla.

Lo menos destacable: todo lo demás.

No me gusta cuando la familia es entrometida y fastidiosa, la gente de la empresa de Sam no me interesaba nada y el prometido todavía menos.

Recomendado si amas el ship de chica estoica de ropa oscura x chica dulce de ropa rosa. Sé libre de saltar todas las escenas que no sean de las protagonistas y sus amigas.

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Una comedia romántica digna de maratonear

«Cuando estamos enamorados, estamos en nuestro estado más puro».

Es el drama perfecto para relajarte y disfrutar sin tener que meditar tanto o sufrir eternamente junto a los personajes. Por supuesto, hay conflictos de vez en cuando, pero, o son tratados desde la comedia o no duran demasiado.

El romance hace aletear a tu corazón y no es nada más porque el elenco sea hermoso. La pareja principal encaja de maravilla. Tienen una conexión muy natural y acogedora. Se ablandan mutuamente, sin que la protagonista pierda la ferocidad que la caracteriza.

Entre broma y broma, se critica la visión negativa e hipócrita de la sociedad coreana sobre las mujeres que viven libremente su sexualidad. Ese un plus agradable para la historia.

Recomendado si amas los clichés románticos, relaciones que inician con enemistad, mujeres patea traseros y hombres que se enamoran primero y más intenso.

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El rompecabezas de un romance clásico

“First Love: Hatsukoi” es para románticos empedernidos, aquellos que confían que el amor vence tiempo, distancia, sueños rotos y recuerdos perdidos, porque las almas destinadas no pueden ser separadas.

A partir de las canciones “First Love” y “Hatsukoi” de Utada Hikaru, la directora y guionista Kanchiku Yuri creó un drama maravilloso, que contiene lo necesario para convertirse en un romance clásico.

Incluso haciendo uso de elementos narrativos ya muy vistos, la historia atrapa y enamora, haciéndote desear la felicidad de los protagonistas. En ellos recae el peso del drama:

Yagi Rikako y Kido Taisei con un amor juvenil, inocente, que irradia vitalidad e ilusión de comerse al mundo; Mitsushima Hikari y Satoh Takeru como adultos que han sobrellevado sus penas lo mejor que pudieron.

El aspecto visual es fantástico, se nota el cuidado que pusieron a los detalles para transmitir los sentimientos y personalidades de los personajes sin necesidad de diálogos. Eso, sumado a la belleza de las locaciones, hacen que el drama sea muy grato de ver.

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Al ritmo de las canciones de Queen, me desgarró el corazón con la historia de un adolescente gay en conflicto con su sexualidad que descubre a una compañera comprando mangas BL. Lo que al inicio parece un drama ligero resulta una dura visión sobre ser un joven homosexual en una sociedad heteronormada.

Refleja la homofobia interiorizada que se genera por comentarios en el entorno, la soledad de no tener a nadie con quien hablar sobre tus preocupaciones, el miedo de que descubran tu secreto y te marginen, la desolación de sentirte anormal y sin la posibilidad de un futuro feliz.

Aparte, hace una pequeña crítica a las fanáticas del BL que ven a los hombres gay como personajes alejados de la realidad, con los que sólo se puede fantasear, sin ponerse a analizar lo que de verdad enfrentan por tener una orientación sexual fuera de la norma.

Hay unas escenas con las que no estuve del todo conforme, pero, a grandes rasgos, le dieron buen tratamiento a los temas y combinaron perfecto las emociones y diálogos con la música.

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She Makes My Heart Flutter tiene un elenco completamente femenino, tres parejas románticas, amistades divertidas y mucha buena vibra.

El drama explora la experiencia de ser lesbiana desde dos generaciones diferentes, con una tía y una sobrina que parecen no tener nada en común. Presenta muy bien la diferencia que existe en sus perspectivas de vida por cómo han vivido su sexualidad y al mismo tiempo demuestra que siempre se pueden encontrar semejanzas para crear comprensión a partir de ellas.

Aparte, el concepto que manejan sobre un lugar donde puedas ser tú misma, sentirte cómoda y segura, es hermoso. Ojalá existieran muchos espacios así para mujeres y, específicamente, mujeres queer. Espero algún día encontrar mi propio Dickinson's Room.

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